domingo, 5 de junio de 2016

CRÍTICA DE WARCRAFT: EL ORIGEN- UNA HORDA DE CATASTRÓFICAS DESDICHAS




  1. Titulo original: Warcraft: The Beginning
  2. Año: 2016
  3. Duración: 123 min
  4. Pais: Estados Unidos
  5. Director: Duncan Jones
  6. Guionista: Duncan Jones, Charles Leavitt
  7. Música: Ramin Djawadi
  8. Fotografía: Simon Duggan
  9. Actores principales: Travis Fimmel, Toby Kebbell, Robert Kazinsky, Paula Patton, Ben Foster, Dóminic Cooper, Daniel Wu, Clancy Brown
  10. Género: Fantástico, aventuras, cine épico
  11. Web oficial: No tiene
  12. Resumen de la película: El pacífico reino de Azeroth está a punto de entrar en guerra para enfrentarse a unos terribles invasores: orcos guerreros que han dejado su destruido mundo para colonizar otro. Al abrirse un portal que conecta ambos mundos, un ejército se enfrenta a la destrucción, y el otro, a la extinción. Dos héroes, uno en cada bando, están a punto de chocar en un enfrentamiento que cambiará el destino de su familia, su pueblo y su hogar.
  13. Premios: No tiene.

123 días de rodaje, 20 meses de post-producción, y unos efectos especiales de vanguardia, por cortesía de ILM ( la empresa encargada de crear los efectos especiales de famosas sagas tales como Star Wars o Transformers ). Con estas impresionantes cifras queda constatado que Warcraft, adaptación del famoso videojuego rol y cuyos derechos pertenecen a Blizzard Entertainment, es una de las superproducciones más ambiciosas del 2016, hermanada rapidamente con otras grandes producciones como el Señor de los Anillos o Juego de Tronos debido a sus desmedidas ambiciones y paralelismos. Pero es aquí donde tengo que bajaros de la nube a aquellos que se habían creído que esta es la mejor película del verano porque es mentira.

Warcraft no es más que otro de los miles de fan films sobre videojuegos que pululan por Youtube. ¿La única diferencia? este "fan film", pese a contar con muchos recursos y talentos a su favor, no es ni por asomo mejor que cualquiera de esos otros films hechos por fans donde se aprecia un gran cariño por el producto que estan creando. Es cierto que Duncan Jones, director de Moon y Código Fuente, es fan confeso de World of Warcraft, razón de peso para que dirigiera y coescribiera esta película con Charles Leavitt, autor de libretos de cierto prestigio como Diamantes de Sangre o en el corazón del mar, pero ese amor que derrocha Jones por el trabajo que esta efectuando se vuelve rapidamente en su contra y le provoca una ceguera de fan que hace posible que se pierda en lo más hondo de este vasto mundo que, para empezar, no tiene ni la grandiosidad ni la profundidad del Señor de los Anillos, por no hablar de la provocación de Juego de Tronos (el gore, por otro lado, si abunda en forma de una característica sangre verdosa). El ritmo es sorprendentemente tedioso; la película dura 2 interminables horas en las que, si al final logras profundizar algo, encuentras más tedio y aburrimiento exasperante.


El reparto tampoco me ha convencido precisamente, a excepción de todos los actores que conforman el bando de los Orcos, lo mejor sin duda alguna de la película. Travis Fimmel, protagonista de la serie Vikingos, encarna a un socarrón heróe prototípico construido a base de ramalazos de carisma y una actitud pasota que puede que convenza al público más impresionable pero a mi no. Tampoco me convence su forzada relación amorosa con Garona, una orco hipersexualizada que encarna una planisima Paula Patton, ni la otra relación que mantiene con su hijo en la ficción. Otro personaje bastante plano es el rey encarnado por un soseras Dominic Cooper, quien intenta ser guay tomando una serie de estúpidas decisiones. Y la mención de honor se la lleva Ben Foster como el brujo Medivh, un personaje cuya personalidad y trama resultan completamente transparentes y carentes del dramatismo necesario para interesarnos por saber si es bueno o malo o si muere o no.
Por el contrario, los Orcos de la Horda conforman una interesante comunidad de criaturas con sus personalidades y tramas personales bien definidas. Toby Kebbel, el infame doctor muerte de Cuatro Fantásticos, aquí brilla con luz propia como el impresionante Durotan, líder del clan lobo gélido, cuyo otro gran integrante es Orgrim Doomhammer, interpretado por un pasional Rob Kazinsky que exige mayor presencia a lo largo de la cinta. Los villanos, el siniestro orco Blackhand y el hechizero Gul´Dan, encarnados respectivamente por Clancy Brown, el Kurgan de Los Inmortales, y Daniel Wu, funcionan correctamente como antagonistas ya que logran adquirir presencia a lo largo de la historia.


 Como aspectos positivos, destacaría que la labor de ILM no es nada desdeñable; las batallas lucen impresionantes, al igual que el cuidado diseño de los Orcos creados mediante la conocida captura de movimiento, técnica ya usada con mucho éxito en Avatar y que aquí permiter dotar de un inusitado realismo a estas criaturas. A su vez, reconozco que la labor de fotografía de Simon Duggan captando imagenes es asombrosa (cada imagen parece una escena sacada del videojuego) y la banda sónora Ramin Djawadi, casualmente conocido por ser el compositor de la cabecera de juego de tronos, aporta una inusitado ritmo épico a estos enfrentamientos entre orcos y humanos.

En resumen, poco más se puede salvar de Warcraft, cinta para regocijo de los fans de World Of Warcraft (entre los que tristemente me encuentro yo). Suerte que aun nos queda Assassins Creed a finales de año para intentar salvar los papeles y la misión imposible de hacer una buena película sobre un videojuego.

LO MEJOR: Los orcos logran brillar con luz propia; Durotan es el personaje más carismático y su trama la más interesante.

LO PEOR: Ni el guión, ni la dirección, ni las interpretaciones de los humanos me convencen.

Puntuación: 4

 

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