lunes, 11 de mayo de 2020

CRÍTICAS: King Kong / Outlaw King



  • KING KONG (Peter Jackson, 2005). Adaptación del clásico hómonimo de 1933 a cargo de Peter Jackson, director entre otras cosas de Braindead: Tu madre se ha comido a mi perro (considerada como una de las películas más sangrientas de la historia) y la trilogía de El Señor de los Anillos. El argumento es muy similar al de la película original: Durante la Gran Depresión, Ann Darrow, una actriz de vodevil, se queda sin trabajo. Su suerte parece cambiar cuando conoce a Carl Denham, un empresario que lucha para abrirse camino en el mundo del espectáculo, y a Jack Driscoll, un afamado autor de teatro. Los tres emprenden un viaje a una remota isla, donde Denham tiene previsto dirigir una película. En su frondosa selva descubren a King Kong, un gorila gigantesco, y a una tribu de seres prehistóricos que han vivido ocultos durante millones de años. Movido por su insaciable ambición, Denham, planea la captura del gorila con el propósito de exhibirlo en Nueva York. Esto es básicamente cine de aventuras al estilo clásico de Hollywood, un film con un diseño de producción y unos efectos especiales que quince años después todavía me dejan pasmado. El problema está en su duración: 187 minutos, más de 3 horas que terminan pesando mucho. En ese sentido Kong: Skull Island, la de 2017 dirigida por Jordan Vogt-Roberts, me parece mejor. Dicho esto, por si a alguien no le ha quedado claro, me gusta el King Kong de Jackson; me parece una buena película de aventuras con un acabado técnico y algún que otro set-piece alucinante. Aún así no llega a entusiasmarme como las de ESDLA o la susodicha Skull Island. TRAILER: https://www.youtube.com/watch?v=AYaTCPbYGdk

  • EL REY PROSCRITO (David Mackenzie, 2018). El otro día mi padre me pregunto si quería que viéramos una película juntos. Me dije "¿por qué no?" y ni corto ni perezoso le propuse ver esta producción de Netflix que tanto me gusta. Ya la he visto un par de veces y siempre me deja la misma sensación de satisfacción, es de esas que disfruto como si fuera la primera vez. De su director, el escocés David Mackenzie, me gusta más Comanchería (donde ya coincidieron este y Chris Pine), la considero superior al rey proscrito en todos los sentidos. Sin embargo, sin ser del todo redonda, repito que es una película la cual disfruto muchísimo. El rey proscrito está ambientada hace siete siglos y cuenta la historia de cómo Robert The Bruce, el gran rey escocés del siglo XIV, utilizó su astucia y valentía para intentar derrotar al ejército inglés de ocupación, mucho más numeroso y mejor equipado. Da la casualidad de que la película arranca donde lo dejaba Braveheart, por lo que vais a leer bastantes comparaciones entre la oscarizada película de Mel Gibson y esta otra. No obstante, las coincidencias no van más allá de la conexión argumental, ya que la de Mackenzie opta por un estilo más seco y sucio, muy alejado del heroísmo de William Wallace. Destaca por sus espectaculares escenas de batallas (sobretodo la última, esa me parece una pasada) y el buen hacer de su reparto, entre cuyos miembros aparte de Pine encontramos a Florence Pugh, Stephen Dillane o Aaron Taylor-Johnson. Por contra, diría que tiene un ritmo demasiado atropellado; se nota que originalmente duraba más y hubo recortes en la sala de montaje. De este modo la película resulta más ligera pero uno no llega a asimilar todo lo que ocurre en ella porque no da tiempo a hacerlo. Con todo, la considero de mis películas favoritas de Netflix y una opción muy recomendable para los fánaticos del cine ambientado en la Edad Media. TRAILER: https://www.youtube.com/watch?v=HNrdjSedzhg&feature=emb_title 

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