- BLANCO HUMANO
- Dibujo y entintado: Edvin Biukovic.
- Color: Lee Loughridge.
- Formato: rústica, 48 páginas.
- Sinopsis: Christopher Chance es aparentemente un playboy más en la meca del cine. Pero su vida desenfadada, frívola e impersonal no es más que la expresión de una personalidad que necesariamente sufre y se fragmenta durante su trabajo: ejercer de Blanco Humano. El problema es que, cuando se tiene la habilidad de ser cualquiera, tal vez se pierda la capacidad de volver a ser uno mismo.
Christopher Chance es un personaje de DC, perteneciente a la llamada "Edad de plata" de los cómics, creado por Len Wein y Carmine Infantino en 1972 para el número 419 de Action Comics. Tras diversas apariciones estelares en diversos títulos de la editorial, con la excepción de un especial publicado en 1991, pasó a dormir el sueño de los justos, típico de tantos personajes que configuran el fondo de armario de las grandes editoriales americanas, pero eso fue hasta que el prolífico Peter Milligan se fijó en él para realizar una miniserie de cuatro episodios con dibujos del tristemente desaparecido artista croata Edvin Biukovic para el sello Vertigo. Tiempo después la miniserie resultaría ser un gran éxito, dando pie a unas cuantas secuelas donde Milligan formaría equipo con diferentes artistas (incluido el español Javier Pulido). El caso es que hoy vengo a hablaros sobre la miniserie original, una historia de corte Noir que al mismo tiempo se trata de una reflexión sobre la identidad humana muy, muy interesante.
Desde el giro argumental al final del primer episodio (en el que el punto de vista del narrador se nos muestra como absolutamente equivocado, en una explicación de una lógica aplastante, en la mejor tradición Noir) hasta el sutil y novedoso tratamiento del clásico tema del "Doppelgänger", encarnado en Tom McFadden, Milligan hace gala de un cartesiano sentido narrativo. La miniserie es un rompecabezas, cargado de giros y sorpresas; el guionista logra "engañar" al lector una y otra vez, y no podremos dejar de leer hasta la última página para que todas las piezas terminen por encajar.
Los dibujos del malogrado Edvin Biukovic son espléndidos, combinando con maestría un gran dinamismo visual con una talentosa capacidad para captar los sentimientos de los personajes, incluso yendo más allá de lo escrito por Milligan y solventando algunos agujeros narrativos (que los hay): la falta de desarrollo a nivel de guion de la epifanía del villano de la pieza, el "Gánster rapero" Dee Noyz, se solventa con una prodigiosa viñeta en la que el dibujante consigue captar todos y cada uno de los sentimientos encontrados que asaltan al personaje mientras escucha el sermón final del reverendo Williams / Christopher Chance. Visto así, la pérdida de este gran artista supone una verdadera tragedia para cualquier amante del cómic.
En definitiva, la complejidad de los personajes, los afilados diálogos de Milligan, la crudeza de la trama (aderezada por el magnífico trabajo de Biukovic) y la férrea solidez de la narración, hacen a Blanco Humano merecedor de un sitio privilegiado en mí colección. ¡Si no lo habéis leído, corred a la librería!
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