El maquinista de La General significó el inicio del fin de la carrera del genial, en todos los aspectos, Buster Keaton. Dicha decadencia fue años más tarde “borrada” gracias a los sempiternos escritores de revistas como Cahiers du Cinema, que reivindicaron la película como la obra maestra que, es pero eso fue mucho después de las duras críticas recibidas cuando se estrenó, debido a que muy pocos consideraron de buen gusto el reírse de la Guerra Civil (lamentable episodio en la propia historia de los Estados Unidos).
Al margen de su perfecto funcionamiento narrativo, esta película destaca por lo divertidos que son sus gags. Uno de los más famosos sucede cuando Johnnie (personaje al que encarna el propio Buster Keaton) está persiguiendo a los soldados unionistas que le han robado La General y secuestrado a su amada Annabelle. Es en ese momento cuando nuestro protagonista decide atacarles con un cañón que lleva enganchado en la parte trasera de su locomotora, el cual (llegados a cierto punto) desciende su ángulo de tiro y apunta directamente a Keaton.
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