- JAMES BOND: EIDOLON
- Dibujo: Jason Masters.
- Color: Guy Major.
- Formato: Cartoné,152 páginas.
- Sinopsis: James Bond está atrapado en Los Ángeles con un agente del MI-6 bajo una lluvia de balas y una agencia extranjera de inteligencia tratando de poner a ambos en bolsas de cadáveres.
Hace unos meses y de casualidad llegó a mis manos este cómic del que hoy vengo a hablaros. Se trata de James Bond: Eidolon, una obra a cargo del prestigioso guionista británico Warren Ellis (Transmetropolitan) que, como podéis ver en el título, gira entorno a una misión asignada a este conocido personaje creado por el periodista y novelista inglés Ian Fleming en 1953. Pero ojo porque Eidolon no es una aventura más de 007; nos encontramos ante una historia en la mejor tradición del género. Con suspense, tensión entre aliados y, lo que es más importante, una trama de candente actualidad.
Cuando lo más sencillo habría sido articular una historieta a imagen y semejanza de las cintas de acción hollywoodienses, acompañado de dibujantes más efectistas que efectivos, y con la única pretensión de entretener al personal, Ellis se desmarca con un crudo retrato del lado más siniestro del mundo de las relaciones internacionales: los servicios de inteligencia, ejecutores en la sombra de las más controvertidas decisiones de los gobiernos a los que representan. Si bien es cierto que en algún momento puntual el guionista recurre a determinados tópicos asociados a los géneros de acción, aventuras e intriga, la mayor parte del tiempo trata de evitarlos siendo la presentación de Bond como un tipo resolutivo, inmisericorde y seguro de sí mismo la mejor prueba de ello.
En lo referente al apartado gráfico tenemos a un Jason Masters que, a mí modo de ver, resulta un poco flojo en las secuencias de conversación. Sin embargo, cuando llega el momento de la acción, aquí Masters está soberbio. Ellis le regala gran cantidad de páginas para que se luzca, y Masters lo aprovecha. Sin espectacularidad ni grandes artificios, como evidencia la ausencia absoluta de onomatopeyas, el dibujante consigue que una pelea a puño limpio entre nuestro agente secreto y el esbirro de turno te duela. Cada golpe, cada movimiento, está narrado de forma clara y concisa, de tal forma que el lector es capaz de seguir toda una coreografía de lucha sin perder detalle, como si de una película se tratara, y eso quieras o no es algo maravilloso.
Dicho esto, y sabiendo que corro el riesgo de repetirme (desventajas de tener una marcada predisposición a escribir acerca de cómics que me han cautivado), no puedo evitar recomendaros que leáis James Bond: Eidolon. Una lectura ágil y rápida, con buen ritmo, que es difícil aparcar sin llegar al final en una sola sesión. No te arrepentirás.
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