Durante los convulsos años 30, el Japón imperial extiende sus conquistas a territorio coreano, provocando que miles de refugiados tengan que emigrar a la cercana Manchuria. Son momentos difíciles para la gente honrada y continuos los enfrentamientos entre grupos de bandidos, pero todos estos problemas pasarán a segundo plano con la aparición de un misterioso mapa del tesoro, el cual despertará la codicia de un caza recompensas (el bueno), un asesino a sueldo aficionado a cortar dedos (el malo) y un osado ladrón (el raro).
Divertidísimo, sorprendente y espectacular homenaje de Kim Jee-Woon al spaghetti western y más concretamente a la mítica ‘El Bueno, El Feo y El Malo’ de Sergio Leone. Cómo no el formato del film es similar al original, con primerísimos planos de los personajes combinados con espaciosos paisajes de desiertos en los que destacan tonos tierra muy exagerados y que nos hacen sentir el hastío que sufren sus protagonistas. Dicho esto, y tras presentar el famoso mapa que sirve a modo de Mcguffin, la película abraza el esperpento convirtiéndose en una galopante carrera/persecución de todos contra todos, ejército japonés incluido, hasta llegar al desenlace en el que su director vuelve a hacer referencia al clásico de Leone con el magistral duelo en triángulo (en su momento, más que sorprendente, y años después homenajeada también por Tarantino en Reservoir Dogs).
La única pega que puedo ponerle a esta cinta es que alarga demasiado la persecución, pudiendo recortarse unos veinte minutos de metraje fácilmente sin que la trama sufra. Aún así, mantiene muy bien la atención gracias a unas trepidantes escenas de acción que no repiten la fórmula en ninguno de sus momentos, siendo así el resultado final tan agradable como recomendable a partes iguales.
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