Tomb Raider, esa gran franquicia que ha pasado por momentos de popularidad extasiante y también por pozos de olvido que parecían no tener fondo. Fue en 2013, momento en el cuál la industria del videojuego parecía sentirse cómoda sólamente con nombres reconocibles que tuvieran kilométricas numeraciones a sus espaldas, cuando los chicos de Crystal Dynamics tomaron una decisión arriesgada aunque con cierta red de seguridad en el salto: el reseteo. De este modo nació Tomb Raider, un reboot destinado a mostrarnos cuáles eran los orígenes de Lara Croft, la aventurera más carismática del Noveno Arte con permiso de Nathan Drake, casi 20 años después de su nacimiento. Os cuento todo esto porque yo lo estuve jugando hasta hace poco tiempo, de modo que, como todavía lo tengo algo fresco, he visto propicio contaros mi impresión sobre el mismo en esta ocasión.
El argumento del juego gira en torno a una joven Lara Croft y la tripulación del Endurance, los cuáles tienen la mala suerte de naufragar en el Triángulo del Dragón, una región del Pacífico al sur de la ciudad de Tokio que tiene una fama similar a la del Triángulo de las Bermudas entre los navegantes, mientras se encuentran buscando la isla perdida de Yamatai. Entonces Lara, quien consigue escapar a duras penas del accidente, tendrá que utilizar todos los recursos naturales que encuentre en su camino para encontrar a sus amigos y descubrir qué es lo que está pasando realmente en la isla, en la que parece haber un extraño culto a Himiko, la diosa del Sol.
A mí modo de verlo, podría decirse que Tomb Raider es una aventura lineal, bastante guiada y no muy difícil, con muchos tiroteos, entretenidas secciones de saltos, algún puzzle interesante (aunque en ningún caso desafiante), un aspecto tanto vísual como sonoro imponente, y unas secuencias más o menos interactivas llenas de scripts en las que tenemos que correr, saltar o realizar algún quick time event que nos dejarán sin aliento, eso sí, disfrutando como lo haríamos viendo una buena película de acción o aventuras. También hay algo de exploración, mucho más limitada que en anteriores entregas de la saga, pero al mismo tiempo es mayor que en otros juegos de este tipo que hemos visto durante los últimos años.
Ahora bien, como colofón final, el juego cuenta con un modo multijugador cuatro contra cuatro (curiosamente desarrollado de manera externa al equipo de Crystal Dynamics) que no ha terminado de convencerme porque parece más un reclamo comercial que un valioso aporte a la experiencia que propone esta nueva entrega de la saga. Pero bueno, más allá de eso, pienso que Tomb Raider es un título de calidad que se adapta fácilmente a los nuevos tiempos. Si lo que buscas es una aventura intensa, espectácular y muy divertida, te aseguro que este videojuego te va a encantar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario