jueves, 9 de noviembre de 2017

CRÓNICA SEFF´2017 (DÍA 6): WINTER BROTHERS



Os pongo en antecedentes: salgo del instituto a las 14:30 y tengo el pase de Winter Brothers a las 17:00. Llegué a casa y comí acelerado, pero ni por esas conseguí llegar a tiempo para pillar un buen sitio en la cola de acceso a la sala. Allí al menos conocí a un periodista del ABC que  fue bastante majo conmigo. Estuvimos hablando sobre el Festival y compartimos las películas que habiamos visto. Tán absorto me encontraba que, cuando me dí cuenta, ya estaba sentado en la butaca.

La verdad es que yo entré a ver Winter Brothers a ciegas. No sabía prácticamente nada sobre ella (solamente me había enterado que triunfó en el pasado Festival de Locarno y que se trataba de la opera prima de su director, el islandés Hlynur Pálmasson). ¿Y de que iva os preguntareis? Pues trata sobre dos hermanos que trabajan en una mina perdida en medio de un fantasmagórico paisaje nevado y sobre el pique que surge entre ellos cuando uno descubre que el otro le ha robado a la chica de sus sueños.




Lo que voy a decir ahora puede sorprenderos pero es que se trata de la más pura verdad: Winter Brothers es, con diferencia, la peor película de TODO el Festival, incluso díria que Happy End (de la que ya despotriqué bastante el otro día) es muchísimo mejor que esta, lo cual casi se podría considerar como un halago para la cinta de Haneke. Pero volviendo a la película de Pálmasson, en serio, ni siquiera reposandola he conseguido sacar algo positivo de ella. Tal vez díria que el formato en el que está grabada (como si fuera una película de Super 8) fue lo que más me gustó de ella, pero sería una grán mentira si tenemos en cuenta lo cutre que son algunas escenas, por no hablar de que también hay más de una bastante surrealista (se lleva la palma un momento en el que Emil, uno de los 2 hermanos, corre gritando como un energumeno por el bosque mientras dispara con un rifle al aire). De verdad, no os podeis imaginar el mal rato que pasé viendola, ¡y para colmo duraba solamente una hora y media!

2/10

 
Pero ojo, porque ahí no acaba todo. Cuando estaba a punto de coger el metro me percaté de una cosa: mi chaqueta no estaba. Salí corriendo hacía el cine y, milagrosamente, conseguí recuperarla, pero vamos, que al final lo que sí perdí fue el metro y tardé bastante en volver a mi casa.

Así que nada, de momento la Sección Oficial me ha dejado un sabor de boca muy agridulce y solamente me queda una película, la francesa Un vie violente, que veré mañana junto a Loveless, la nueva película de Andrey zvyagintsev. Así me despediré de esta edición del Festival de Cine Europeo de Sevilla.

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