Baby es un joven y talentoso conductor especializado en fugas que depende del ritmo de su banda sonora personal para ser el mejor en lo suyo. Cuando conoce a la chica de sus sueños, Baby ve una oportunidad de abandonar su vida criminal y realizar una huida limpia. Pero después de ser forzado a trabajar para un jefe de una banda criminal, deberá dar la cara cuando un golpe malogrado amenaza su vida, su amor y su libertad.
Firmada por Edgar Wright (director de la tótemica trilogía del Cornetto y esa encantadora lócura llamada Scott Pilgrim contra el mundo), Baby Driver es una ingeniosa y alocada vuelta de tuerca al género criminal y, en partícular, a las películas de atracos. Tiene un ritmo frénetico y la música adquiere un gran protagonismo durante la película, ya que acompaña a todas y cada una de sus escenas. Visto así debe sonar agotador, y ciertamente lo es cuando encara su recta final, pero que demonios: Barry White, The Damned, o Blues Explosion son algunos de los grupos y cantantes que suenan a lo largo de la cinta, un motivo genial para verla.
También cuenta con un gran reparto (me gustaría destacar a Jon Hamm haciendo de villano) y algunas secuencias de persecuciones realmente espectáculares. No se que me falta para terminar de venderosla, pero creo que con esto ya es suficiente, ¡así que no la dejeis escapar!
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