Por fin ha llegado ese momento que todos estabáis esperando: el de conocer cuáles han sido los agraciados títulos que componen mí top cinematográfico con lo mejor del año. La verdad es que, pensándolo fríamente, he llegado a la conclusión de que 2018 no ha dado tanto de sí como otros años (sin ir más lejos véase el caso del 2017, cuya magnífica cosecha de estrenos me permitió no hacer uno ni dos sino hasta 5 Tops, entre ellos uno de cine independiente y otro de cine español). Por desgracia este año no he visto tanto cine como para confeccionar tal cantidad pero al menos os traigo un clásico que nunca falla por estas fechas. Sin más dilación, os dejo con mi partícular selección:
Sicario: El día del soldado - Con los años la guerra contra los cárteles de la droga se ha intensificado en la
frontera entre EE.UU. y México a medida que éstos se han metido en el
negocio de tráfico de personas, introduciendo en suelo americano a
terroristas islámicos. Tensa,
dura e implacable de forma impactante, puede que Soldado no sea tan
magistral como su predecesora, pero establece un mundo de
posibilidades que estoy deseando explorar en próximas entregas. Magníficos Brolin y del Toro.
Aniquilación - Cuando su marido desaparece durante una misión secreta para regresar sin
recordar nada, la bióloga Lena se une a una expedición a una misteriosa
región acordonada por el gobierno de los Estados Unidos. Como podéis ver se trata de una obra atrevida que no va a lo fácil y presenta algunas actuaciones realmente sólidas. Del mismo modo cabe destacar su increíble diseño de producción, perfectamente nominable a cualquier premio que se precie.
Mandy - Una vez más Nicolas Cage se suelta la melena en esta película dirigida por Panos Cosmatos que, según yo lo veo, es de las fantasías cinéfagas más recomendables que nos ha regalado este año. Aquí Cage está mejor que nunca desempeñando el papel de un ángel vengador que debe acabar con un extraña secta ya sea enfrentándose a unos satánicos motoristas que se parecen a los cenobitas de Hellraiser o al líder de la misma, encarnado por un Linus Roache pasado de rosca.
Upgrade - Leigh Whannell deja el terror a un lado para entregarse a la ciencia ficción en un fantástico thriller de venganzas cargado de acción que abraza lo mejor de dos épocas: una pasada en la que la sencillez, la violencia y el desparpajo se adueñaban de este tipo de productos, y una actual en la que los avances técnicos permiten una sofisticación formal que le sienta de maravilla a esta entretenidísima y frenética genialidad. Aparte de eso, Logan Marshall-Green siempre tendrá mí respeto.
Ruben Brandt, Collector - Con un ritmo perfecto, que no decae nunca, y un guion intrincado
pero inteligible para cualquier espectador medianamente activo, esta película a cargo del hungaro Milorad Krstic
rinde homenaje en su título a dos de los artistas preferidos de su director,
Rubens y Rembrandt. No son malos maestros, no, para poder llegar a ofrecernos este entretenidísimo homenaje a la
historia del arte donde se subvierten los arquetipos del género negro,
suena Postmodern Jukebox y se usan hielos con forma de Alfred Hitchcock.
Tres anuncios en las afueras - Martin
McDonagh se sirve de un macguffin tan analógico como unas vallas
publicitarias para construir un western moderno protagonizado por una gran
mujer llamada Frances McDormand. No solo es de las mejores películas que he visto este 2018 sino también de los últimos años.
Misión Imposible: Fallout -La película de acción del verano.
Del año. ¿De la década? Cada uno que saque sus propias conclusiones. Aquí no hay CGI que valga en las luchas a puño limpio, los tiroteos o incluso
escalando una maldita montaña en Cachemira. Hay sangre, sudor y
lágrimas en pantalla, con action pieces de esas que se sienten tan realistas como, comprensiblemente, imposibles.Enhorabuena Tom, desde luego romperse el pie ha valido la pena.
Vengadores: Infinity War - Resulta complicado condensar en palabras el torbellino de sensaciones
que te golpea una y otra vez durante, y después del visionado de esta cinta. El atronador bombardeo audiovisual al que
nos someten los hermanos Russo, la lóbrega sucesión de giros tan
sorprendentes como arriesgados, la grandilocuencia impregnada en sus
fotogramas y esa sensación abrumadora, casi mágica, que te embarga
durante la proyección, recuerdan al hito del blockbuster que Irvin Kershner culminó en 1980, convirtiendo a la película de Marvel en El imperio contraataca del cine de superhéroes.
Un lugar tranquilo - Con esta propuesta John Krasinski ha retorcido los mecanismos sonoros que suelen asociarse al terror en una jugada sumamente arriesgada y satisfactoria en términos generales. Un largometraje con una premisa tan sencilla como rotundamente
efectiva, una gestión de la tensión magnífica y una valentía
incontestable que termina a las puertas de convertirse en un hito del propio género.
Cold War - Cinco años después de triunfar con Ida (ganadora del Óscar a la mejor película de habla no inglesa), el polaco Pawel Pawlikowski vuelve a conquistarnos con este drama romántico donde cada escena, cada plano, cada instante de esta trágica historia, es una obra de arte que podrías quedarte admirando durante horas. Sí, es así de buena. Un clásico inmediato.
MENCIONES HONORABLES
Obra sin autor
Ready Player One
Malos Tiempos en el Royale
La Sombra de la Ley
Tiempo Después
El Reino
Suspiria
Leto
Bueno, ya está. Como podéis ver han sido muchas las películas que se han quedado a las puertas pero al menos estoy contento con el resultado. Ahora os deseo a todos vosotros una feliz entrada de año y que sigáis a mi lado en esta aventura que es Desmontando a Andrés. Dicho esto:
Actores
principales: Nikolaj Lie Kaas, Fares Fares, Nicolas Bro, Fanny Bornedal, Anders Hove, Elliot Crosset Hove, Johanne Louise Schmidt, Soren Pilmark.
Género: Thriller. Intriga. Policíaco.
Web oficial: No tiene
Resumen de la película: La historia arranca con un descubrimiento: tras una pared falsa, se
hallan tres cadáveres momificados alrededor de una mesa, y junto a un
asiento libre. El detective Carl Mørck y su asistente Assad seguirán las
pistas hasta una institución donde tenían lugar experimentos médicos.
Allí, intentarán descubrir quién debía ocupar el cuarto asiento.
Premios: Festival de Sitges 2018: Sección Oficial a concurso.
Con los años el thriller nórdico se ha convertido en un habitual de la cartelera española, de hecho, la saga policíaca danesa sobre Los casos del Departamento Q es desde hace tiempo una de las mejores que de vez en cuando podemos encontrar en ella. Dos años han pasado desde el estreno de su tercera entrega, Redención, y ahora nos llega Expediente 64, una de las películas más complejas de las cuatro que están basadas en las novelas de Jussi Adler-Olsen.
Como en las otras cintas de la saga, Expediente 64 tiene un comienzo impactante. A partir de ahí se desarrolla una interesante trama cuyo planteamiento recuerda al de la mítica serie procedimental Caso abierto. Sin embargo esta cuarta entrega, dirigida por Christoffer Boe,
difiere de sus tres antecesoras porque se convierte, finalmente, en una
película mucho más ambiciosa de lo que parecía inicialmente. Lo es porque, además de narrar un caso del pasado que en cierta forma está conectado con el presente, se inicia otra trama que sí afecta al presente y pone realmente contra las cuerdas a sus protagonistas. Aunque en sí la novela que adapta ya tenía este concepto, Boe lo lleva a
su terreno logrando mantener la tensión en todo momento y saliéndose de
lo predecible. A su vez la atmósfera que refleja el filme, desde sus localizaciones hasta el acabado visual, es otro de los puntos fuertes que ofrece, ya que logra tener una estética propia, obviando alguna
inspiración en las películas de David Fincher y True Detective que ya comprendía su primera
entrega.
Del mismo modo cabe destacar el trabajo de su reparto, encabezado por unos solventes Nikolaj Lie Kaas y Fares Fares como los indiscutibles protagonistas.A mí modo de ver, la gracia de esta pareja reside en que ambos entienden que las diferencias se convierten en la mejor forma de complementarse, de
aprender y de que los espectadores nos quedemos fascinados con sus respectivos personajes; por ese motivo la química entre ellos dos resulta tan palpable. Para concluir, según yo lo veo, diría que Expediente 64: los casos del Departamento Q es una película que continúa el buen camino de sus
predecesoras manteniendo el misterio y esa clave policiaca
que tanto nos gusta. Visto así, podría decirse que el thriller nórdico sigue en buena forma y dispuesto a dar guerra.
LO MEJOR: Destaca tanto una narración clásica, con la acción muy bien dosificada, como la química latente entre sus protagonistas.
LO PEOR: Verla como "otra película de suspense nórdica" Puntuación: 7/10
SINOPSIS: El 19 de abril de 1993, el FBI y la ATF asaltaron el rancho en el que se habían atrincherado durante 51 días los seguidores de David Koresh, líder de la secta de los Davidianos, en Waco (Texas). Esta miniserie cuenta las circunstancias que llevaron al asedio del FBI, cómo se vivió desde
dentro del rancho y el asalto que le puso fin, en el que murieron 76
personas.
En estos tiempos que vivimos de series empeñadas en estirar el chicle lo máximo posible, es de agradecer el estreno de una miniserie como la que hoy nos ocupa. Digo esto porque, donde otros podrían haber alargado la propuesta durante varias temporadas hablando sobre tanto los orígenes como las motivaciones de sus personajes, la virtud de Waco reside en que va directa al grano y no se aparta del camino marcado.
Uno de los principales atractivos de esta miniserie creada por Drew y John Erick Dowdle (Golpe de Estado) es que se trata del enfrentamiento entre dos hombres de palabra, dos hombres que confían en el poder del diálogo por encima de la mano dura. Y os estaréis preguntando, ¿eso significa que no hay cabida para la acción en este relato? Pues resulta que sí la hay, ahora bien, sin necesidad de gran espectáculo y siendo verosímil respecto a la historia que sus guionistas están tratando de contarnos.
Luego, otro acierto de esta ficción sería su reparto. Tanto Shannon como Kitsch están estupendos en los roles principales,
con dos papeles que van creciendo a medida que las negociaciones y las
conversaciones telefónicas van creciendo en matices, hasta llegar a dar
la vuelta a la tortilla, con el negociador negociado tras la retórica imparable del líder de los davidianos. A su vez, personajes como los de Andrea Riseborough (que con esta miniserie y Mandy ha tenido un año estupendo), Shea Whigham, Rory Culkin, John Leguizamo o Melissa Benoist también resultan fundamentales en esta historia que seguramente muchos americanos recordarán de algún que otro telediario. Con todo, ni sus interpretaciones de primer nivel ni su buena ambientación logran hacerme olvidar que en el fondo se trata de un trabajo un tanto rutinario que hemos visto demasiadas veces y resulta más divertido cuando se añade una dosis de ficción caradura, de la cual esta miniserie carece, a la temática Sectaria (a las pruebas me remito con esa maravillosa lócura que es Red State). Entonces, ¿merece la pena echarle un vistazo a Waco? Yo díria que sí, a fin de cuentas únicamente se trata de 6 capítulos que gracias a su trapidante ritmo se pasan volando. No será la mejor serie del año ni de las mejores pero tampoco lo pretende. LO MEJOR: El David Koresh de Kitsch irradia sinceridad y tiene mucho carisma.
Ya está todo listo para que Sevilla se convierta hoy, 15 de diciembre,
en la anfitriona de los premios de la Academia del Cine Europeo (EFA), los cuales serán entregados en el transcurso de una gala que tendrá lugar en el
teatro de la Maestranza. El caso es que, con motivo de este importante evento, el Ayuntamiento de Sevilla diseñó un intenso programa de
actividades culturales y cinematográficas para que tanto la ciudadanía como el sector
audiovisual andaluz también pudiera disfrutar del cine europeo durante estos días. Entre todas las actividades que conformaban el programa había una que me llamó especialmente la atención: el actor británico Ralph Fiennes, cuya trayectoria reconoce la Academia
del Cine Europeo con su máximo honor, el European Film Academy Lifetime
Achievement Award 2018, sería el protagonista de un encuentro único con
el público sevillano en el Teatro Alameda.Film Gala. Diálogo con Ralph Fiennes es el título de esta cita que los sevillanos tuvimos ayer con el dos veces candidato al Oscar, que incluía un coloquio y la proyección de The White Crow, su más reciente película y tercera como director.
Desde que debutara en el cine interpretando a Heathcliff en una adaptación de Cumbres borrascosas,Ralph Fiennes
(Suffolk, Inglaterra, 1962) encarnó con su pronunciada sensibilidad a
personajes atribulados, tocados por una dolida sentimentalidad. Fue El paciente inglés o El jardinero fiel y vivió El fin del romance,
trabajos memorables que no obstante parecían encasillarlo en un mismo
registro, pese a que uno de sus primeros papeles, el enloquecido Amon
Goeth de La lista de Schindler (posiblemente mi favorito de todos los que ha interpretado hasta ahora), había señalado la capacidad de Fiennes para transfigurarse en otro si el guión lo demandaba.
Una de las cosas más interesantes que comentó durante el coloquio fue que para él ser director y actor en un mismo proyecto, como ocurre en las tres películas que ha rodado hasta ahora, desde Coriolanus hasta The White Crow pasando por The Invisible Woman, es algo tan loco como tener dos cabezas; sólo buscó esta duplicidad la primera vez "por ambicioso y un
poco tonto", pero en las siguientes se impuso esa dinámica como una
pequeña fatalidad y como la mejor fórmula para cerrar
la financiación.
De los cineastas con los que ha colaborado en su filmografía, Fiennes destacó al malogrado Anthony Minghella (El paciente inglés, Cold Mountain) como el maestro del que aprendió el método que debía seguir y asimismo también se mostró agradecido a Wes Anderson por dejarle formar parte de su compañía estable en El Gran Hotel Budapest.
Antes de finalizar el coloquio, Fiennes pudo comentarnos que, entre sus próximos proyectos, figuraban la tercera entrega de Kingsman (la cual será una precuela ambientada durante la Primera Guerra Mundial) y la vigesimoquinta película de la saga Bond, donde volverá a interpretar el papel de M.
Y con esto me despido. Desde aquí quisiera darle las gracias al ayuntamiento de Sevilla por permitirme conocer a un hombre tan excepcional como Ralph Fiennes; estoy seguro de que no olvidaré fácilmente este momento.
Durante los convulsos años 30, el Japón imperial extiende sus conquistas a
territorio coreano, provocando que miles de refugiados tengan que
emigrar a la cercana Manchuria. Son momentos difíciles para la gente
honrada y continuos los enfrentamientos entre grupos de bandidos,
pero todos estos problemas pasarán a segundo plano con la aparición de
un misterioso mapa del tesoro, el cual despertará la codicia de un caza recompensas (el bueno), un asesino
a sueldo aficionado a cortar dedos (el malo) y un osado ladrón (el raro).
Divertidísimo, sorprendente y espectacular homenaje de Kim Jee-Woon alspaghetti western y más concretamente a la mítica ‘El Bueno, El Feo y
El Malo’ de Sergio Leone. Cómo no el formato del film es similar al original, con primerísimos planos de
los personajes combinados con espaciosos paisajes de desiertos en los
que destacan tonos tierra muy exagerados y que nos hacen sentir el hastío que sufren sus protagonistas. Dicho esto, y tras presentar el famoso mapa que sirve a modo de Mcguffin, la película abraza el esperpento convirtiéndose en una galopante carrera/persecución de todos contra todos,
ejército japonés incluido, hasta llegar al desenlace en el que su director vuelve a hacer referencia al clásico de Leone con el magistral duelo
en triángulo (en su momento, más que sorprendente, y años después
homenajeada también por Tarantino en Reservoir Dogs). La única pega que puedo ponerle a esta cinta es que alarga
demasiado la persecución, pudiendo recortarse unos veinte minutos de
metraje fácilmente sin que la trama sufra. Aún así, mantiene muy bien la atención
gracias a unas trepidantes escenas de acción que no repiten la fórmula en ninguno de
sus momentos, siendo así el resultado final tan agradable como recomendable a partes iguales.
Trás muchos meses de rumores y mordernos las uñas, Marvel al fin ha lanzado el primer avance de 'Vengadores 4', película que llevará por título Endgame y volverá a contar con los Hermanos Russo (Capitán América: El Soldado de Invierno) como principales encargados de dicho proyecto.
En esta ocasión, la trama gira entorno a los superhéroes que
sobrevivieron a Thanos trás el final de Avengers: Infinity War, los cuales se reunen para poner en práctica un plan que podría acabar con el villano en cuestión para siempre. No lo he comentado en su sinopsis pero un apunte a tener en cuenta de esta cuarta entrega es que la película contará con la participación de la Capitana Marvel (Brie Larson), quien protagonizará su propia cinta en Marzo de 2019.
¿Están personajes como Black Panther, Doctor Strange o Spider-Man realmente muertos? ¿Seguirá Iron Man perdido en el espacio? ¿Estamos ante la despedida del Capitán América? ¿Logrará Clint que nos olvidemos del antiguo Hawkeye, ahora convertido en Ronin? Saldremos de dudas con la esperada llegada primaveral del equipo marvelita el próximo mes de Abril. Hasta entonces, lo mejor será que veáis su emocionante Teaser-Tráiler:
Atención, pregunta: después del cine, ¿qué es lo siguiente que más le gusta en el mundo a Quentin Tarantino? Vale, los pies de Uma Thurman es
una respuesta posible, pero yo voy a votar por contestar con tacto y
decir los cómics. Por eso no me extraña, aunque sí me agrada, saber
que el genio de la gran mandíbula ha escrito una precuela en viñetas de su última película, The Hateful Eight, para que la dibuje Zach Meyer. Ocho
páginas, nada menos, que están llenas de diálogos hasta reventar (eso sí, todos ellos en inglés). En ellas
podremos conocer a personajes como Marquis Warren (Samuel L. Jackson), John Ruth (Kurt Russell), Daisy Domergue (Jennifer Jason Leigh) y
algunos otros de los coyotes que se verán atrapados por la nieve en una
posada de Wyoming, siempre prestos a desenfundar el revólver. Como
advierte el propio Quentin: “Con la muerte de la Guerra de Secesión llega el nacimiento del Salvaje Oeste. Y no va a ser bonito”.
- Guión: Warren Ellis.
- Dibujo: Jason Masters.
- Color: Guy Major.
- Formato: Cartoné,152 páginas. -
Sinopsis: James Bond está atrapado en Los Ángeles con un agente del MI-6 bajo una
lluvia de balas y una agencia extranjera de inteligencia tratando de
poner a ambos en bolsas de cadáveres.
Hace unos meses y de casualidad llegó a mis manos este cómic del que hoy vengo a hablaros. Se trata de James Bond: Eidolon, una obra a cargo del prestigioso guionista británico Warren Ellis (Transmetropolitan) que, como podéis ver en el título, gira entorno a una misión asignada a este conocido personaje creado por el periodista y novelista inglés Ian Fleming en 1953.Pero ojo porque Eidolon no es una aventura más de 007; nos encontramos ante una historia en la mejor tradición del género. Con suspense, tensión entre aliados y, lo que es más importante, una trama de candente actualidad.
Cuando lo más sencillo habría sido articular una historieta a imagen y semejanza de las cintas de acción hollywoodienses, acompañado de dibujantes más efectistas que efectivos, y con la única pretensión de entretener al personal,Ellis
se desmarca con un crudo retrato del lado más siniestro del mundo de
las relaciones internacionales: los servicios de inteligencia,
ejecutores en la sombra de las más controvertidas decisiones de los
gobiernos a los que representan. Si bien es cierto que en algún momento puntual el guionista recurre a determinados tópicos asociados a los géneros de acción, aventuras e intriga, la mayor parte del tiempo trata de evitarlos siendo la presentación de Bond como un tipo resolutivo, inmisericorde y seguro de sí mismo la mejor prueba de ello.
En lo referente al apartado gráfico tenemos a un Jason Masters que, a mí modo de ver, resulta un poco flojo en las secuencias de conversación. Sin embargo, cuando llega el momento de la
acción, aquí Masters está soberbio. Ellis le regala gran cantidad de
páginas para que se luzca, y Masters lo aprovecha. Sin espectacularidad
ni grandes artificios, como evidencia la ausencia absoluta de
onomatopeyas, el dibujante consigue que una pelea a puño limpio entre
nuestro agente secreto y el esbirro de turno te duela. Cada golpe, cada movimiento, está narrado de
forma clara y concisa, de tal forma que el lector es capaz de seguir
toda una coreografía de lucha sin perder detalle, como si de una
película se tratara, y eso quieras o no es algo maravilloso.
Dicho esto, y sabiendo que corro el riesgo de repetirme (desventajas de tener una marcada
predisposición a escribir acerca de cómics que me han cautivado), no puedo evitar recomendaros que leáis James Bond: Eidolon. Una lectura ágil y rápida, con buen ritmo, que es difícil aparcar sin llegar al final en una sola sesión. No te arrepentirás.