Dirigida por el británico Matthew Vaughn (Kingsman), X-Men: Primera Generación fue toda una sorpresa en su momento, llegando a convertirse de la noche a la mañana en una de las mejores entregas del universo mutante concebido por la Fox. En general se trata de una película muy entretenida y divertida, con una interesante trama de espionaje ambientada durante la Guerra Fría, violentas escenas de acción y una serie de momentos bastante buenos. Uno de mis favoritos es casi al final de la película, cuando Magneto saca un submarino (sí, lo que estáis leyendo: un jodido submarino) del fondo del oceano.
Sin duda dicho momento en sí tiene una gran carga épica, primero por todo lo relacionado con su contexto histórico (la crisis de los misiles entre Cuba y Estados Unidos en 1962) y segundo porque no deja de ser una escena en la que vemos a Erik/Magneto aprovechando todo su potencial, el cual ciertamente ya lo había explotado anteriormente en esta misma película pero a "menor escala" haciendo cosas como mover una verja metálica o un ancla a modo de arma. Aparte de esto, también cabe destacar el acting out de Fassbender, quien aporta muchos más matices los cuales hacen que esta escena sea algo simplemente memorable:
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