Es el verano de 1983 en el norte de Italia y Elio Perlman, un chico ítalo-estadounidense precoz de 17 años, pasa los días en la villa familiar transcribiendo y tocando música clásica, leyendo y flirteando con su amiga Marzia. Un día, Oliver, un cautivador investigador americano que trabaja en su doctorado, llega para ayudar al padre de Elio como becario durante el verano. En medio del soleado esplendor de este marco, Elio y Oliver descubrirán la embriagadora belleza del despertar sexual a lo largo de un verano que cambiará sus vidas para siempre.
Películas románticas las hay a patadas, pero muy pocas son las que realmente consiguen transmitirte los sentimientos de sus protagonistas. La trilogía Before o Her son algunas de ellas, y ahora se les une Call me by your name,una de las mejores películas de 2017 y posiblemente la mejor que yo he visto sobre el primer amor. Es como un torrente de emociones que te arrastra durante dos horas hacía ese verano del 83 en el que Elio y Oliver viven ese idílico romance que todos deseariamos experimentar alguna vez en nuestra vida. Me encanta su sutileza, su conmovedor erotismo, los temas de Sufjan Stevens (desde que la ví no he podido dejar de escuchar Mistery of Love en bucle), la química que hay entre los personajes de Timothée Chalamet y Armie Hammer, y sobretodo ese monólogo final que recita el padre de Elio: todavía se me ponen los pelos de punta cada vez que lo recuerdo.
Una historia de amor bella, cálida, sensual y profunda. Si buscaís eso, entoncés teneís que ver Call me by your name.
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