Esta mañana me he levantado muy contento: en la madrugada del Domingo se ha celebrado la 92ª edición de los Premios Oscar y Parásitos, mí película favorita del año pasado, fue la gran triunfadora. Por primera vez en la historia de dichos premios, una producción extrajera ha sido la que ha ganado el premio a la mejor película, el máximo reconocimiento que concede la Academia de cine.
Desde su victoria en la pasada edición del Festival de Cannes, donde se alzó con la prestigiosa Palma de Oro, la cinta de Bong Joon-Ho no ha hecho más que crecer y crecer hasta terminar consolidándose como la mejor película de 2019, lo cual siendo un gran fan tanto de la obra de su director como el cine coreano en general me llena de orgullo. Que Parásitos haya ganado este premio también implica que muchas personas, las cuales la han visto y les gustó, se interesen más por el cine coreano, algo sin duda maravilloso ya que la producción cinematográfica de dicho país es espléndida. Encontré al Diablo, Oldboy, Train to Busan o Mother del propio Joon-Ho son algunos de los mejores ejemplos que se me ocurren ahora mismo.
Pero Parásitos no ha sido la única gran ganadora de la noche. 1917, lo último de Sam Mendes, obtuvo tres estatuillas: mejores efectos visuales, mejor sonido y fotografía para Roger Deakins (su segundo Oscar tras ganarlo en 2018 por primera vez gracias a Blade Runner 2049). Por otro lado, tanto Joker como érase una vez en Hollywood consiguieron dos cada una. Joaquin Phoenix, cómo no, se llevó el premio a mejor actor por su excelente trabajo en la primera al igual que Brad Pitt el de mejor actor secundario, imponiendose este a grandes leyendas de la interpretación como Anthony Hopkins, Joe Pesci o Al Pacino. Ford v. Ferrari (aka Le Mans ´66) también se llevó dos premios, ambos técnicos, e Historia de un matrimonio al menos rascó un premio, el de mejor actriz secundaria para Laura Dern. Por desgracia El Irlandés no corrió con la misma suerte, yéndose finalmente de vacío (ni siquiera ganó el de mejor guión adaptado, que se lo arrebató Taika Waititi y su JoJo Rabbit). No obstante, aunque no ganó ningún premio físico, Scorsese sí que recibió una ovación por parte de todos los asistentes a la gala, impulsada por Bong Joon-Ho cuando este subió al escenario para recoger el premio a mejor director.
Visto lo visto me alegra que los Oscars hayan subsanado el error del año pasado (Green Book me gusta pero ni de lejos la considero la mejor película de 2018) y en esta ocasión hayan traspasado la barrera invisible que separa las películas americanas del resto. No sé qué pasará en la próxima edición, supongo que gente como Nolan, Villeneuve o Fincher estarán presentes en ella, ahora bien, ojalá sigan por este camino.
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