Revisitar a Drácula, quizás uno de los personajes más míticos de todos los tiempos, tomando como base la famosa novela de Bram Stoker no es nada fácil. Si bien se ha hecho a lo largo del tiempo incontables versiones, los resultados han sido variopintos y, muchas veces, han terminado cayendo en el olvido. No es el caso de la versión que hoy nos ocupa, de la cual estoy seguro se seguirá hablando mucho tiempo después de su estreno. De la mano de Netflix llega esta producción cuyos creadores, Mark Gatiss y Steven Moffat, son los mismos de Sherlock (una serie que aprecio enormemente). Cuando salió su primer trailer el pasado año mucha gente, incluido yo, se sintió atraída por la propuesta y esperaba ver una gran serie basada en la obra de Stoker. La cosa es que, si esperabais ver una adaptación tal cual de la novela, ya os digo que se parece a esta lo mismo que un huevo a una castaña.
Visto en perspectiva, me gusta lo que han hecho Gattis y Moffat con Drácula, porque para clásico ya tenemos la novela original y calcarla otra vez hubiera sido algo muy pesado. Me resulta mucho más atractivo ver cómo estos dos "humanizan" al personaje, desmontando los clásicos mitos asociados a los vampiros (veáse su miedo a la luz solar, los crucifijos o porqué no se reflejan en los espejos); según el gusto de cada uno esto puede gustar más o menos pero es innegable que se trata de algo tan original como interesante. Luego, tiene detalles increíbles, como los guiños al Drácula de la Hammer (interpretado por el inigualable Christopher Lee), un capítulo entero planteado como si fuera una partida de Cluedo, con Drácula haciendo las veces de detective y asesino, eso por no hablar del tercer capítulo entero donde la miniserie da un inesperado giro que me dejó loquísimo. Cabe destacar también cuando abraza el terror más clásico, apostando por un tono lóbrego que le viene como anillo al dedo, con un logrado diseño de producción y algún que otro pasaje realmente inquietante.
Pero esto no sería lo mismo sin Claes Bang, el actor escogido para encarnar en esta ocasión al famoso vampiro. Según yo lo veo el danés clava su interpretación de Drácula, dotándole de mucha carisma al conde, eso sí, cuando le toca ponerse serio también da la talla sin problemas e impone bastante (el tramo final del primer episodio en el convento me sirve para respaldar esto que comento). Aparte de Bang, si alguien más del reparto merece ser reconocido por su trabajo esa es Dolly Wells, sensacional como la Hermana Agatha. En cierto modo, la relación que hay entre su personaje y el de Drácula me recuerda mucho a la de Sherlock/Moriarty, pensadlo por un segundo: después de todo estos no dejan de ser dos rivales que profesan una gran admiración el uno por el otro.
De manera fresca pero sin desmerecer al personaje creado por Stoker, opino que Mark Gatiss y Steven Moffat han logrado reinventar con éxito a Drácula. Puede que la miniserie vaya de más a menos, que tenga ciertos momentos y personajes menos inspirados de acuerdo, ahora bien, en general pienso que tiene más virtudes que defectos. Bien escrita, dirigida e interpretada, se trata de una propuesta muy curiosa que personalmente recomiendo ver. Estoy convencido de que no dejará indiferente a nadie.
LO MEJOR: El Drácula de Claes Bang, quien resulta tan seductor como aterrador.
LO PEOR: el tercer capítulo, sin ser el desastre que mucha gente dice, no es tan bueno como los dos primeros.
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