Durante la pasada madrugada del Domingo al Lunes HBO emitió el noveno y último capítulo de Watchmen, una serie relacionada con el famoso cómic homónimo de Alan Moore ya que transcurre dentro de su continuidad, con Damon Lindelof (Lost, The Leftovers) como productor ejecutivo y guionista de la misma. Cuando este proyecto se anunció, fueron muchas las personas que se preguntaron: "¿qué necesidad hay de hacerla?" Recordemos que hace tiempo ya se adaptó esta obra en forma de película, la cual por lo general está bien pero ciertamente no terminó de captar la esencia del cómic (algo que hoy día todavía se le achaca). El caso es que Lindelof no pretendía volver a contarnos la misma historia de siempre sino la suya propia. De primeras esto llamó mucho mí atención y me decidí a darle una oportunidad. A tenor del resultado final, me alegro mucho de haberlo hecho.
Al igual que la obra original, Watchmen no es una historia de buenos y malos; es algo más complejo que pone al espectádor en una díficil tesitura moral todo el tiempo. Por otros motivos, tampoco resulta una serie fácil de ver, ya que a veces resulta muy densa y Lindelof se toma su tiempo en desarrollar a los diferentes personajes (cediéndoles incluso capitulos enteros para definir mejor su personalidad). Ahora bien, si por algo mola tanto es justamente por eso: porque se atreve a hacer cosas que ninguna otra serie haría, como lo que he comentado antes sobre determinados capítulos enfocados en un personaje concreto (veáse por ejemplo el sexto, posiblemente mi favorito de la serie, donde Lindelof nos cuenta la historia de Hooded Justice) o hablar de ciertos temas "polémicos" sin tapujos. Del mismo modo, cabe destacar que ciertos detalles/guiños al cómic original se introducen en la serie de forma progresiva, como la máscara de Rorschach, un informativo televisivo en el que vemos al Dr. Manhattan en Marte construyendo un castillo de arena con sus poderes, un smiley hecho con yemas de huevo en la presentación de la protagonista, etc. Aparte de unos libretos con mucha enjundia, la serie cuenta con un buen apartado técnico, eso por no hablar de una fantástica banda sonora (compuesta por Trent Reznor y Atticus Ross, habituales colaboradores de David Fincher).
De su reparto, al igual que los demás apartados comentados arriba, solamente tengo buenas palabras. A rasgos generales el nivel interpretativo está muy alto, no hay estrellas que digamos pero sí gente más que solvente, como es el caso de Regina King, Jean Smart, Tim Blake Nelson o Jeremy Irons. Este último en concreto lo borda, tiene una subtrama interesantísima que según avanza se vuelve cada vez más loca, permitiéndole sacar el máximo provecho a sus dotes interpretativas.
En resumen, Watchmen me parece una valiente reformulación de la obra original, una serie a veces algo incómoda de ver cierto pero no por ello menos buena. Tiene destellos de puro genio en forma de momentos, detalles y personajes que son geniales. Sinceramente, no me gustaría que HBO ni el propio Lindelof la continúen, así queda una miniserie redonda que seguramente volveré a ver dentro de un tiempo.
LO MEJOR: está escrita de una manera brillante.
LO PEOR: según que momentos puede resultar algo confusa.
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