- SINOPSIS: David Budd es un veterano de guerra que trabaja como agente de seguridad del gobierno británico. Cuando se le asigna proteger a la ministra Julia Montague, cuya visión política apoya todo lo que él detesta, Budd se encuentra en una encrucijada entre su labor y sus creencias.
Situémonos: Siete millones de espectadores en su primer capítulo y casi once millones en el episodio final (47,9% de share); los números de Bodyguard, el último producto de Jed Mercurio, no se habían visto en la ficción pública británica desde el año 2008, con la emisión del especial navideño de Doctor Who. Y es que este fenómeno ha conjugado varios factores que han arrojado un éxito sorprendente incluso para el propio Mercurio, quien saboreó por primera vez las mieles del éxito también gracias a la BBC con el rompedor drama médico Cardiac Arrest. En mi caso yo le conocí gracias a Line of Duty, una serie que en el fondo no es tan distinta de esta otra sobre la que hoy vengo a hablaros.
En esta ocasión, Mercurio da una vuelta de tuerca al género en el que mejor se desenvuelve, el thriller, optando por un juego de conspiraciones donde lo aparente no es lo relevante y lo relevante no es lo finalmente determinante. ¿Suena raro, verdad? Pues creedme cuando os digo que en realidad no tanto. Vayamos por parte.
Ante todo Bodyguard supone una gran lección de cómo construir tensión y mantenerla en el tiempo, siendo la mejor prueba de ello esos primeros 20 minutos del episodio piloto (posiblemente los veinte minutos más tensos que he visto este año tanto en cine como televisión). Es gracias a momentos como el citado anteriormente que la serie consigue atraparte inmediatamente, desarrollándose con energía durante unas seis horas que al final se te pasan volando.
Del mismo modo cabe destacar lo bien que están sus dos protagonistas, Richard Madden y Keeley Hawes. Madden (quien prestó su rostro durante un tiempo al bueno de Robb Stark en Juego de Tronos) representa perfectamente la contención del soldado que lleva obedeciendo órdenes toda su vida, mientras que Hawes se muestra en todo momento como alguien implacable, una persona muy dura y agresiva cuando se tercia pero que también tiene sus momentos de debilidad.
Ahora bien, según yo lo veo, donde la serie no es del todo consistente es en la credibilidad y lógica de ciertas situaciones; a vecés parece que los policías cambian de opinión como si estuviesen viendo la serie por televisión y no tuvieran información directa.
Pero bueno, eso no quita que Bodyguard sea una ficción absorbente a la altura de miniseries como The Night Manager y que, para mi gusto, debería quedarse en eso, en miniserie. Tiene acción, intriga, incluso algo de romance. Dicho esto, perfectamente podríamos estar hablando sobre el mejor thriller que se ha estrenado este año.
LO MEJOR: los primeros 20 minutos de su piloto.
LO PEOR: ciertas incongruencias que, a vecés, le restan cierta credibilidad al conjunto.
Puntuación: 8/10
De las mejores series de este año, si el primer episodio es tenso el último no se queda atrás. Lo mejor es que dura lo que tiene que durar, son 6 episodios con un ritmo genial donde no hay espacio para el relleno. Como tú dices, espero que se quede en miniserie.
ResponderEliminarSaludos.