Batman (o el murciélago, como le llaman despectivamente la mayoría de sus enemigos) es uno de los héroes más longevos y conocidos del cómic americano. Tal es su fama que Warner Bros, aprovechando el tirón de los superhéroes en la grán pantalla hace unos años, decidió contratar a un cineasta de cierto renombre para que se encargara de reflotar la imagen de este personaje trás la sonrojante versión que Joel Schumacher había dirigido previamente. Dicho cineasta respondía al nombre de Christopher Nolan y fue el responsable de ofrecernos la versión más lúgubre, moralmente compleja, y memorable del cruzado enmascarado. ¿Su título? Batman Begins.
Hay una escena en concreto de esta película que me parece brillante. Se trata de ese último encuentro entre Batman y el comisario Gordon antes de que aparezcan los creditos finales. En ese momento Gordon le comenta que todavía hay algunos presos de Arkham fugados (entre ellos el Doctor Crane, alias "El Espantapájaros") y acto seguido pregunta a nuestro héroe "¿qué me dices de este tipo?" mientras le entrega una carta donde aparece un arlequín disfrazado. Fue en esta escena final donde yo me maté la primera vez que ví esta película porque sabía lo que nos depararía la siguiente entrega.
No hay comentarios:
Publicar un comentario