Peaky blinders es un producto que no puede pasar desapercibido para ningún seriéfilo que se precie de serlo. Creada por el británico Steven Knight (Promesas del Este), se trata de un interesantísimo drama criminal sobre una banda de gángsteres ingleses que a lo largo de las sucesivas temporadas van ascendiendo por un medio u otro dentro de la sociedad británica hasta convertirse en los reyes del cotarro. Yo, que siempre he sido un enamorado de todo lo relacionado con el mundo del crimen y la mafia, no pude evitar caer rendido en su momento ante sus encantos, convirtiéndose rápidamente en una de mis series favoritas. Por ese motivo esperaba el estreno de su quinta temporada como agua de Mayo. El caso es que ya la he visto y la verdad es que no estoy del todo satisfecho con el resultado.
Antes de su estreno, Knight comentó que la quinta era lo mejor que había escrito hasta la fecha, una promesa habitual cada vez que llega una nueva tanda de episodios, pero que en esta ocasión llevaba un particular añadido, ya que Anthony Byrne (responsable de dirigir todos los episodios de esta quinta entrega) apuntó que iba a sentirse más como la Parte 1 de 2; vista la temporada, puedo constatar que sus palabras eran ciertas. Básicamente la quinta temporada es de transición, ya que sirve para preparar el tablero y colocar las piezas de cara a la siguiente. Esto, según cómo se mire, puede resultar decepcionante para unos o interesante para otros, en mi caso diría que ha sido un poco bajona teniendo en cuenta que veníamos de una bastante buena. Ahora bien, una cosa no quita la otra: aún siendo de las temporadas más "flojas" de la serie, esta tiene cosas muy buenas e interesantes. La dirección de Byrne por ejemplo me parece todo un acierto, su manera de abordar aquellas escenas en las que Tommy se aleja de la realidad para lidiar con sus demonios personales resultan muy estimulantes, eso por no hablar de otros momentos sueltos bastante poderosos (veáse cierta muerte al final del primer capítulo que me recordó mucho a El Padrino). Luego está el asunto del ritmo, tan ligero como una pluma, y el apartado técnico, simplemente impecable. Cabe destacar también su preciosa banda sonora, compuesta por la cantante Anna Calvi.
Cillian Murphy es el pilar de la serie en términos interpretativos, algo normal teniendo en cuenta que se trata de un gran actor, pero Knight no quiere que Tommy sea el eje de absolutamente todo, por lo que también le concede al resto de personajes sus respectivas tramas (algunas más interesantes que otras todo sea dicho). No es para menos si tenemos en cuenta el gran nivel del resto de actores, desde aquellos presentes en cada episodio hasta otros con menos apariciones pero que se dejan notar en cada una de sus aspiraciones. En el caso de la temporada que nos ocupa, Paul Anderson y Helen McCrory continuan dando lo mejor de si mismos, del mismo modo Sam Claflin irrumpe con fuerza en la serie, regálandonos una soberbia interpretación que al menos debería valerle una nominación durante la próxima temporada de premios.
Dicho esto, tengo la sensación de que la quinta temporada va a funcionar mucho mejor cuando la serie haya llegado a su final. Es un punto intermedio que debería marcar el inicio del fin para la familia Shelby, pero como no sabemos aún cómo continúa la historia parece que no termina de cerrar todos los frentes abiertos. A ver lo que nos tiene preparado Knight para la siguiente.
LO MEJOR: La dirección de Anthony Byrne y determinados momentos como el del campo al principio del segundo capítulo o el emocionante final del cuarto.
LO PEOR: la subtrama del periodista se me antoja innecesaria.
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