Un detective llamado Harry Hole investiga la desaparición de una mujer y la única pista que tiene es que su bufanda apareció colgada en un muñeco de nieve.
Que su título no os confunda: esto no tiene nada que ver con Frozen, pero si bastante con un subgénero literario y fílmico del que me declaro un gran admirador, el Nordic Noir. Basada en un best-seller escrito por Jo Nesbo y dirigida por Tomás Alfredson (Déjame entrar, El topo), El muñeco de nieve es un entretenido psycho-thriller en la línea de Millennium o El silencio de los corderos y que hasta cierto punto resulta muy intrigante. Destaca por alguna que otra escena bastante desagradable, una espectácular dirección de fotografía a cargo de Dion Beebe, y un reparto de verdadero lujo, encabezado por un Michael Fassbender tán solvente y creíble como siempre.
Es cierto que el resto del cast está algo desaprovechado y que la revelación final sobre la identidad del asesino me pareció decepcionante, pero en general díria que esta película funciona correctamente y que al menos se merece un visionado.
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