viernes, 15 de mayo de 2020

MAD MAX: un repaso a la saga post-apocalíptica por excelencia.























Hace cinco años la industria cinematográfica dio un giro de 360º: Hoy, 15 de Mayo de 2020, se cumple un lustro desde el estreno de Mad Max: Furia en la carretera. Última película hasta la fecha de su director, con ella George Miller sentó cátedra, Furia en la carretera marcó un antes y un después en la forma de hacer cine al igual que lo hizo el propio Miller con la primera trilogía en su día. Para conmemorar esta fecha tan especial, voy a comentar algunas cosas de la saga, os voy a decir lo que pienso de ella hablando lo más detallado posible de cada película (siempre con la verdad por delante). Espero que os guste y, si queréis, os animo a que me digáis en los comentarios cual es vuestra entrega preferida explicándome la razón. Sin más dilación, ¡vamos al turrón!
 
  • Mad Max. Salvajes de autopista (1979). Remontémonos un poco en el tiempo, a finales de los años 70 para ser más concretos. George Miller debuta como director con esta apañada película de ciencia-ficción ambientada en un futuro cercano, de estilo kitsch y que se rige por los códigos del cine western. Miller pudo financiarla gracias a su trabajo como médico de urgencias, allí trató con víctimas de accidentes de tráfico llevándole a ganar conocimiento sobre algunas cosas que luego serían determinantes en la cinta (veánse sus caóticas persecuciones).
    Miller se inspiró en 2024: Apocalipsis nuclear (Un muchacho y su perro) a la hora de trazar el escenario post-apocalíptico y quería que un actor americano interpretara a Max, pero el presupuesto se lo impedía. Entonces Mel Gibson, quien por aquel entonces era un completo desconocido, se presentó al casting (según dicen con la cara llena de moretones, consecuencia de una pelea en un bar la noche anterior) y el realizador, que buscaba tipos raros, no se lo pensó dos veces: así fue como el actor de Arma Letal consiguió el papel que dispararía su carrera. Como he dicho antes la película se rige por los códigos del western, tiene todos los elementos más característicos de dicho género pero llevados a su terreno (en lugar de caballos por ejemplo hay coches y motos). Su trama es algo muy simple pero eficaz; él es un agente de la ley que por un cúmulo de circunstancias pierde a su familia a manos de unos sanguinarios moteros y se propone vengarla, no hay que darle muchas vueltas. Más que su ajustado presupuesto le achacaría una leve decaída de ritmo durante su tramo central, por lo demás es una película que pese a sus limitaciones consigue lo que se propone: dar un buen espectáculo.


  • Mad Max 2. El guerrero de la carretera (1981). Esto ya es otra cosa. Tras el éxito de la primera, Warner Bros. Pictures le encarga a Miller una secuela que al final resulta ser mucho mejor que su predecesora. Esta supuso un hito en la historia del cine, convirtiéndose en el principal referente de muchas producciones de la misma temática post-apocalíptica que se hicieron después. Lo mejor son, sin lugar a dudas, las tres secuencias de pura adrenalina que jalonan el metraje: ya estemos hablando de la persecución inicial, la intermedia o la del final, todas ellas tienen un pulso y un brío que, desafortunadamente, no encontraremos en la desangelada tercera entrega. Pero volviendo al guerrero de la carretera, en esta segunda entrega se recalca el pesimista destino de la humanidad, cuyos últimos reductos luchan sin pedad por el control de la gasolina. Max viene a ser un émulo del Hombre sin Nombre de la Trilogía del Dólar, un forastero que vaga por el páramo abordo de su Interceptor V8 y enfrentándose a los carroñeros que lo habitan. Cuando se topa con un asentamiento que está siendo asediado por un salvaje grupo de saqueadores entonces este se verá obligado a tomar parte en el conflicto. Lo dicho, destaca por sus escenas de acción, su grandilocuente puesta en escena y Mel Gibson, a diferencia de la anterior, aquí ya lo parte. No obstante resulta curioso que Gibson ahí donde lo véis solo tenía 16 líneas de guión. ¿El motivo? Miller (que es un gran fan del cine mudo) quería que en sus películas apenas hubiera diálogos, lo cual potenciaría mucho más en Furia en la carretera.






  • Mad Max 3. Más allá de la cúpula del trueno(1985). Creo que todos coincidimos en que, de toda la saga, esta es la entrega más "floja". Y es una lástima porque tiene un comienzo buenísimo: los primeros tres cuartos de hora son puro Mad Max, con él vagando por el desierto hasta llegar a Negociudad, esa urbe regentada por el personaje de Tina Turner, Tía Ama (papel que, curiosamente, Miller y Terry Hayes escribieron pensando en ella) y donde tiene lugar una de las mejores escenas de toda la trilogía original: el enfrentamiento de Max contra Golpeador en la Cúpula del Trueno, una arena con un diseño chulísimo. Sin embargo, al cabo de un rato, hay un drástico cambio de tono que me saca por completo de la película. Todo lo relacionado con "los niños perdidos" no pega para nada con este tipo de producción, si a eso le añadimos que apenas tiene violencia y otros elementos adultos que son característicos de las anteriores entregas esta acaba yéndose al garete. No consigo entender esa necesidad de convertir a Mad Max en un producto familiar, supongo que todo esto fue debido a que Byron Kennedy (productor de  cine y cocreador de la saga) falleció poco antes y Miller, entre una cosa y otra, estaba desbordado. De hecho lo estaba tanto que esta la dirigió a dos manos con George Ogilvie, quien venía de hacer unas cuantas producciones para televisión. El caso es que la película podría haber estado mucho mejor pero finalmente se quedó a medio camino. Aparte de sus primeros minutos y Turner pasándoselo en grande, también destacaría el tema que compuso esta última para la película (el cual llegó a ser nominado a los Globos de Oro): https://www.youtube.com/watch?v=OIe7N3zH5eU

  • Mad Max: Furia en la carretera (2015). En 2016 la BBC situó a esta película entre las mejores del Siglo XXI, y no es para menos: como he dicho más arriba, Furia en la carretera está hecha de otra pasta, esto es cine en su máxima expresión. Una película prácticamente muda que funciona como un pieza de relojería perfectamente engranada, con unas escenas de acción más grandes que la vida misma y un personaje, Imperator Furiosa, que es de mis favoritos en general. Creedme, todo lo que diga de esta cinta se queda corto, es una de las películas de mi vida y eso no creo que cambie nunca. Aviso para navegantes, en especial los que sean aficionados al cómic: existe uno, publicado por el sello Vértigo, que sirve a modo de precuela de esta. En él se cuentan cosas de la película que no es estrictamente necesario conocerlas pero resultan muy interesantes (veáse como Immortan Joe se convierte en el despótico tirano que controla con puño de hierro la ciudadela). Cabe destacar que en su creación participó el propio George Miller junto al guionista Nico Lathouris y el artista de Storyboards Mark Sexton, ambos piezas clave en la producción de Fury Road. Si os interesa podéis conseguirlo en Amazon por unos quince euros.



lunes, 11 de mayo de 2020

CRÍTICAS: King Kong / Outlaw King



  • KING KONG (Peter Jackson, 2005). Adaptación del clásico hómonimo de 1933 a cargo de Peter Jackson, director entre otras cosas de Braindead: Tu madre se ha comido a mi perro (considerada como una de las películas más sangrientas de la historia) y la trilogía de El Señor de los Anillos. El argumento es muy similar al de la película original: Durante la Gran Depresión, Ann Darrow, una actriz de vodevil, se queda sin trabajo. Su suerte parece cambiar cuando conoce a Carl Denham, un empresario que lucha para abrirse camino en el mundo del espectáculo, y a Jack Driscoll, un afamado autor de teatro. Los tres emprenden un viaje a una remota isla, donde Denham tiene previsto dirigir una película. En su frondosa selva descubren a King Kong, un gorila gigantesco, y a una tribu de seres prehistóricos que han vivido ocultos durante millones de años. Movido por su insaciable ambición, Denham, planea la captura del gorila con el propósito de exhibirlo en Nueva York. Esto es básicamente cine de aventuras al estilo clásico de Hollywood, un film con un diseño de producción y unos efectos especiales que quince años después todavía me dejan pasmado. El problema está en su duración: 187 minutos, más de 3 horas que terminan pesando mucho. En ese sentido Kong: Skull Island, la de 2017 dirigida por Jordan Vogt-Roberts, me parece mejor. Dicho esto, por si a alguien no le ha quedado claro, me gusta el King Kong de Jackson; me parece una buena película de aventuras con un acabado técnico y algún que otro set-piece alucinante. Aún así no llega a entusiasmarme como las de ESDLA o la susodicha Skull Island. TRAILER: https://www.youtube.com/watch?v=AYaTCPbYGdk

  • EL REY PROSCRITO (David Mackenzie, 2018). El otro día mi padre me pregunto si quería que viéramos una película juntos. Me dije "¿por qué no?" y ni corto ni perezoso le propuse ver esta producción de Netflix que tanto me gusta. Ya la he visto un par de veces y siempre me deja la misma sensación de satisfacción, es de esas que disfruto como si fuera la primera vez. De su director, el escocés David Mackenzie, me gusta más Comanchería (donde ya coincidieron este y Chris Pine), la considero superior al rey proscrito en todos los sentidos. Sin embargo, sin ser del todo redonda, repito que es una película la cual disfruto muchísimo. El rey proscrito está ambientada hace siete siglos y cuenta la historia de cómo Robert The Bruce, el gran rey escocés del siglo XIV, utilizó su astucia y valentía para intentar derrotar al ejército inglés de ocupación, mucho más numeroso y mejor equipado. Da la casualidad de que la película arranca donde lo dejaba Braveheart, por lo que vais a leer bastantes comparaciones entre la oscarizada película de Mel Gibson y esta otra. No obstante, las coincidencias no van más allá de la conexión argumental, ya que la de Mackenzie opta por un estilo más seco y sucio, muy alejado del heroísmo de William Wallace. Destaca por sus espectaculares escenas de batallas (sobretodo la última, esa me parece una pasada) y el buen hacer de su reparto, entre cuyos miembros aparte de Pine encontramos a Florence Pugh, Stephen Dillane o Aaron Taylor-Johnson. Por contra, diría que tiene un ritmo demasiado atropellado; se nota que originalmente duraba más y hubo recortes en la sala de montaje. De este modo la película resulta más ligera pero uno no llega a asimilar todo lo que ocurre en ella porque no da tiempo a hacerlo. Con todo, la considero de mis películas favoritas de Netflix y una opción muy recomendable para los fánaticos del cine ambientado en la Edad Media. TRAILER: https://www.youtube.com/watch?v=HNrdjSedzhg&feature=emb_title 

miércoles, 6 de mayo de 2020

VAMOS EN SERIE: Westworld



Ahora que ha terminado su tercera temporada, es el momento de volver la vista atrás y hablar sobre Westworld, de sus puntos fuertes y los más débiles (que también los tiene). Acompañadme en este repaso de la última gran producción de HBO, llamada a ser "la nueva Juego de Tronos".


Creada por Jonathan Nolan y Lisa Joy, Westworld se basa en la película del mismo nombre, escrita y dirigida en 1973 por Michael Crichton (autor de Parque Jurásico, novela que tambien fue llevada a la gran pantalla de la mano de Steven Spielberg, pero esa es otra historia). Volviendo a Westworld, que aquí la llamaron Almas de metal, la trama tanto de la película como la serie gira alrededor de un parque de atracciones ficticio y tecnológicamente avanzado con temática del Salvaje Oeste poblado por anfitriones, seres creados artificialmente para satisfacer a los visitantes del parque y sus fantasías más "salvajes" y que repiten su narrativa cada día como si fuera una rutina, habiendo borrado previamente sus recuerdos del día anterior. Sin embargo, llega un día en que las maquinas se rebelan y todo cambia para siempre. ¿Suena interesante, verdad? Pues a diferencia de la película (que solo roza la superficie) la serie va más allá, llegando a expandirse hasta el mundo real en la última temporada.
 

Ciñéndonos a la serie de HBO, su protagonista por así decirlo es Dolores, una anfitriona la cual descubre que toda su vida es una elaborada mentira y cuando lo hace decide tomar cartas en el asunto. Con el tiempo descubrimos que ella es la anfitriona más antigua del parque, eso por no hablar de la relación tan especial que mantenía con Arnold Weber, cofundador de Westworld y su creador. No obstante, aparte de Dolores, hay otros personajes que son muy importantes como Maeve, Bernard o William (este último más conocido como "el Hombre de Negro"). Visto lo visto, podría decirse que se trata de una serie coral, una en la que todos los personajes y sus respectivos intérpretes tienen su momento para lucirse.

Otro aspecto destacable de la serie es la música, compuesta por Ramin Djawadi, quien también trabajó con Nolan en Person of Interest y es archiconocido por haber hecho la de GoT. Se habla mucho del trabajo que Djawadi hizo en aquella serie, ahora bien: tal y como yo lo veo diría que aquí está mucho mejor, su trabajo eleva la serie al cuadrado en muchos momentos, sobretodo cuando versiona canciones rollo Paint It Black, The House of the Rising Sun (la versión de The Animals) o No Surprises con el piano e instrumentos de cuerda. Y no nos olvidemos del tema principal de la serie, que suena durante los títulos de crédito, acompañando a una preciosa secuencia de animación creada por Elastic (el mismo estudio de producción que creó las secuencias de títulos para otras tres series de HBO como Carnivàle o Roma). En relación a esto último, debo señalar que a partir de la segunda temporada cambia el diseño de la cabecera y en la tercera también pasa.


Hablando de las temporadas, una vez vistas todas las que se han emitido hasta ahora, puedo decir sin temor a equivocarme que mi favorita es la segunda, la más polémica por introducir grandes cambios respecto a la anterior: al igual que la primera esta transcurre en el parque pero ahora tiene un enfoque distinto, algo más pausado e introspectivo, no es tan trepidante ni fácil de ver como aquella. Para mi es la mejor porque descubrimos más cosas del parque, que no se limita únicamente al escenario Far West sino que hay más (veáse Shogun World, el de temática japonesa). Además conocemos mejor a los anfitriones, ahondamos en su psique y entendemos cada vez más porqué se han revelado contra sus creadores. Por contra, la que menos me ha gustado ha sido la última en emitirse. 

Como he dicho antes la tercera temporada se expande hacia nuevos horizontes llevando la acción a nuestro mundo, más concretamente a Estados Unidos, mostrándonos una sociedad controlada por una poderosa inteligencia artificial llamada Rehoboam. Tras los acontecimientos de la segunda, Dolores ha conseguido infiltrarse y está dispuesta a acabar con el orden establecido. Para ello contará con la inestimable ayuda de Charlotte Hale, su topo en Delos (la compañía propietaria de Westworld), y Caleb Nicholls, un empleado de la construcción que como ella ha vivido mucho tiempo una mentira. Sin embargo Engerraund Serac, el genio detrás de Rehoboam, tiene otros planes y le encarga a Maeve que la liquide a cambio de ayudarla a reunirse con su hija. A ver, mi problema con esta temporada es que resulta muy irregular e inconsistente, con momentazos de aplaudir y otros momentos (incluso capítulos enteros como el siete) que me sobran bastante.



Al final esto que comento termina resintiendo la nota tanto de la temporada como la serie en general, que de un notable alto tirando a un sobresaliente pasa a ser de notable bajo. Igualmente sigue siendo una serie muy ambiciosa, que trata temas interesantísimos sin tratar a los espectadores como si fueran estúpidos y aparte de estar muy bien escrita también está hecha con mucho mimo, prestándole suma atención a los pequeños detalles. Todo eso hace que Westworld sea para mí de las mejores producciones de HBO. Veremos lo que nos depara en el futuro.

domingo, 3 de mayo de 2020

IN GAME: Uncharted 2: El reino de los ladrones



Uncharted es a los videojuegos lo que Indiana Jones al cine. Desarollada por la empresa Naughty Dog en exclusiva para la PlayStation 3, la trilogía original (recordemos que hace unos años salió para PS4 la cuarta y última entrega, titulada el desenlace del ladrón) rápidamente se convirtió en un éxito, logrando impulsar considerablemente las ventas de dicha consola. Como bien indica el término, la trilogía original está integrada por tres títulos, de los cuales me gustaría destacar el segundo y mi preferido de esta: el reino de los ladrones. 
 

Titulado originalmente Uncharted 2: Among Thieves, fue aclamado por varios sitios webs y críticos profesionales, de hecho muchos lo consideran uno de los juegos más importantes en la industria de los videojuegos. Esta entrega nos pone de nuevo en la piel de Nathan Drake, quien en esta ocasión busca la ciudad perdida de Shambala y la piedra Cintamani, una gema la cual otorga un poder inconmensurable a aquel que la posee. Con la inestimable ayuda de sus amigos, Nate tendrá que luchar contra el implacable Zoran Lazarevic y su ejercito de mercenarios para evitar que la piedra caiga en sus manos.

En mi opinión Uncharted 2: El reino de los ladrones es un juegazo, una perfecta combinación de elementos de acción y aventura y plataformas en 3D con una perspectiva en tercera persona que supone una gran mejora respecto a su predecesor, Uncharted: el tesoro de Drake.


 
Uncharted sigue la estructura de los juegos de acción tradicionales, donde los jugadores completan una serie de niveles de una sola pista con un juego lineal, y se navega a través de una gran variedad de escenarios. En dichos niveles podemos encontrar fases de todo tipo, desde trepidantes tiroteos con coberturas al más puro estilo Gears of War hasta fases de plataformas. También hay algunos puzles y elementos de exploración que suman muchos puntos. El reino de los ladrones cuenta con todo eso, potenciándolo al máximo y da como resultado una experiencia realmente inolvidable. 

Por decir alguno de mis favoritos, el nivel del tren me parece una pasada de principio a fin, es un excelente compendio de todas las cosas que he dicho antes. El de Nate haciendo piña con Chloe para encontrar en la ciudad sitiada por Lazarevic el templo donde se muestra la ubicación de Shambhala también me mola mucho.



La campaña dura unas 12/13 horas y se estructura en 26 capítulos, con opción de repetirla ya que al superar la historia por primera vez se desbloquea el modo Aplastante. Si eres veterano en Uncharted como yo, puede que la superes en menos de 12 horas, pero seguro que repetiréis.

Aparte de su jugabilidad, cabe destacar su banda sonora, los efectos de sonido y armas también están muy currados, aunque a veces hay sonidos que se pierden. Por contra, aún teniendo sus momentos, me falla el villano (una de las asignaturas pendientes de Uncharted) y visualmente se ha quedado algo "anticuado".

En resumen, Uncharted 2: el reino de los ladrones es un juego divertidísimo, con una historia que engancha mucho y una jugabilidad muy dinámica. Si por lo que sea todavía tenéis una PS3 os lo recomiendo encarecidamente, y si tenéis la Play 4 también ya que hicieron un remake de la trilogía original (encima hace poco se puso gratis en PS Plus). Dicho esto, háganse el favor de dejar entrar a Nathan Drake en sus vidas, eso si todavía no lo han hecho.




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