La primera serie de la que os voy a hablar este 2017 es el último y genial drama criminal de la cadena Cinemax, filial del canal de pago HBO y en la cual hemos visto durante los últimos años series tan brillantes como The Knick o Banshee.
Su nombre es Quarry y nos cuenta la historia de Mac Conway, un veterano de Vietnam que vuelve a su Mississipi natal trás cumplir su segundo período voluntario, encontrandose una sociedad que lo desprecia por su participación en el conflicto y a su mujer en los brazos de otro hombre. Paradojicamente, Mac tendrá que matar por dinero para sobrevivir cuando entre a trabajar para "el broker", un misterioso hombre de negocios que regenta una amplia red criminal asentada en el sur de Estados Unidos.
Gracias al catalogo de HBO españa he podido disfrutar por un lado de este sobrecogedor drama psicológico sobre los estragos de la guerra, y por otro de un fresco relato criminal digno del mejor Elmore Leonard en el cual, como si nos remontasemos a esa formidable primera temporada de True Detective, iniciamos un oscuro viaje por los rincones más sordidos del Bayou y el Memphis situado en la década de los 70 (ambos formidablemente retratados a través de un cuidado diseño de producción, como es canon en las series de HBO), además de un plus extra, ya que la serie en sus últimos capítulos traslada la acción al norte de Vietnam. Allí presenciamos el conflicto de una manera completamente desoladora y podremos disfrutar de un genial plano secuencia que mejor dejaré que descubrais vosotros mismos. A parte, me gustaría destacar la formidable labor de Greg Yaitanes como director a cargo de los ocho capítulos que conforman esta primera temporada, la segunda esta todavía por confirmar, y la espectácular dirección fotográfica a cargo del mejicano Pepe Avila del Pino.
A nível interpretativo, me quedo sin duda con un talentoso Logan Marshall-Green bordando el papel del inestable Quarry, un personaje sumamente familiar para el gran público, debido en parte a sus similitudes con otros personajes famosos de la televisión como el Walter White de Bryan Cranston en la serie Breaking Bad o el Rust Cohle de MacCoughnahey en la anteriormente citada True Detective, lo cual puede llegar a cansarle salvo porque el resto de personajes que rodean a Mac son realmente prólificos en sentimientos y matices. Su mujer, encarnada por una pasional Jodi Balfour, derrocha química con el y provoca algunos encontronazos entre ellos bastante emocionales. El gangster de Peter Mullan resulta sorprendente por la gran variedad de sentimientos encontrados que puede provocar en el espectádor, y el sicario homosexual de Damon Herriman me parece simplemente brillante por el gran contraste que existe entre su cólerica personalidad y la relación casi de colegueo que mantiene con su propia madre.
Negativamente, no me termina de convencer como el propio Yaitanes trata el asunto del ritmo a vecés y algún que otro secundario no esta del todo pulido o resulta interesante a mi criterio para enriqucer en conjunto, tales como el policía encarnado por Josh Randall o ese sicario que se plurimplea como guitarrista encarnado por Mustafa Shakir.
En resumen, considero que esta serie es una deuda saldada de 2016 realmente satisfactoria para haber comenzado el año seriefilo y un must realmente destacable por sus distintos apartados técnicos y, sobretodo, artísticos. No se la pueden perder.
LO MEJOR: La ambientación setentera y la visceral interpretación de un atribulado Logan Marshall-Green.
LO PEOR: A vecés el ritmo puede decaer y existen secundarios de poco peso que pueden llegar a afectar la solidez del reparto en todo su conjunto.
Puntuación: 8/10
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